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Las primeras centrales en cerrar fueron hace 9 años, concretamente en 2014: Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y Torrelodones (Madrid). El proceso de cierre se pudo iniciar sin incertidumbre ya que en 2009 la CNMC fijó en 2009 las condiciones regulatorias que tenían que llevarse a cabo para ello. Un año después, se sumaron el cierre de 38 centrales más por toda Península, Baleares e Islas Canarias. Y así, cada año se iban cerrando centrales hasta completar las 1000 en 2021.
Ahora, Telefónica ha anunciado el cierre de las 3329 restantes y así, hasta llegar a los 8526. Las fechas de este año comenzaron el 23 de Mayo en municipios como Burgos, Cáceres, Barcelona, Cádiz, Badajoz, Ávila o Almería; entre otros muchos más. Finalmente, terminarán los cierres en el año 2026.
Pero ¿Por qué cierran las centrales de cobre?
Ya todos conocemos que la fibra óptica nos brinda de unas calidades muy superiores al del cobre; la cuál necesita una mayor red de centrales para atender a la población y el cobre no, por lo tanto muchas centrales no están trabajando. La demanda es de fibra por lo tanto, las centrales que se tienen que abrir son las de fibra. De esta forma, también están reduciendo los costes. Sin embargo, ésto impide a algunas operadoras la instalación de sus servicios de fibra actualmente, ya que si la cobertura de algún usuario no permite fibra aún, tendrían que optar a prestarles la tecnología radio como sustituta; y éste, no es precisamente rentable para ellos.
Muchos se preguntan, qué les puede pasar cuándo se cierra la central de cobre. Evidentemente, es un cambio positivo en cuánto a calidad, así que existen varias alternativas. La primera, oír a tu operador, cuánto le supone el traslado a fibra y qué tarifa se queda pagando. La segunda es cambiar a tecnología radio, saber las condiciones y si le interesa o no. Lo que sí está claro es que el paso a fibra aparte de mejorar la calidad, no supone un aumento en su factura; no es un cambio que corre a cuenta del usuario y además, el número de teléfono se mantiene.
A excepción de algunas centrales de cobre que aún no tienen fecha de cierre; como por ejemplo San Marcial en San Sebastián, cuyo cierre fue suspendido por algunos problemas urbanísticos, en la parte vieja de la ciudad; todas tienen su fecha de cierre.